Encarna Espunya

La Asociación para el Estudio del Dolor, que es la institución más ‘oficial’ dentro del ámbito biomédico, define dolor como:

Una experiencia emocional desagradable que expresa la existencia de daño actual o potencial en los tejidos… o qué es vivido como tal daño. Esta ultima parte de la frase nos interesa mucho ya que tiene que ver más con la percepción del dolor, que con la existencia de daño tisular. Y es esto último lo que suele ocurrir en los casos de dolor crónico.  www.arturogoicoechea.com

El dolor es una interpretación del cerebro o del Sistema Nervioso sobre una situación que amenaza la vida, o la integridad, tanto a nivel celular como global, se siente en el cuerpo y modifica la conducta.rnrnSegún las investigaciones de Lorimer Mosely un profesor de Neurociencia clínica y un experto muy influyente en las ciencias del dolor: “El dolor no proporciona una medida del estado de sus tejidos, sino un medida de la evaluación de su cerebro en relación a la necesidad de proteger sus tejidos”. Existe una historia sobre un hombre que fue llevado al hospital después de que accidentalmente se clavara un rastrillo en el pie. Gritaba agónicamente, incluso cuando en el hospital le quitaron la bota y vieron que el rastrillo no había tocado ninguna parte del pie ni había producido ningún daño. Entonces, ¿qué es lo que causaba el dolor? Era la percepción del daño de su cerebro, ya que éste había evaluado de manera errónea que el pie estaba en peligro y había generado dolor como un mecanismo protector. El dolor puede producirse como protección de algo que nuestro cerebro percibe como peligroso. Y este ‘algo’ que el cerebro percibe no son sólo las acciones físicas, sino también emociones, pensamientos y creencias.

Según esto podemos considerar dos tipos de dolor:

Analicemos por ejemplo el primer tipo, dolor producido por daño en los tejidos, tomando como referente el aparato locomotor:

En el caso del dolor persistente o crónico ocurre que el cerebro y el Sistema Nervioso se hacen hipersensibles y las vías nerviosas “aprenden”. “Recuerdan” inútilmente el dolor que algún día se debió a un daño en el tejido y el ciclo del dolor persiste, como un recuerdo que no podemos olvidar. De este modo, la persona que sufre el dolor crónico y no dispone de toda esta información que nos aportan la nueva Ciencia del Dolor (Pain Science), siente que algo malo debe estar pasando en los tejidos, y encima los profesionales de la salud no dan con ello.

Esta hipersensibilidad también puede generar síntomas en otras partes del cuerpo, o bien el área de dolor se expande, lo cual confirma a esa persona que algo muy malo está pasando en su cuerpo y que además está empeorando. Ahora sabemos que este no es el caso, gracias a la evidencia que nos aportan las Neurociencias y las Ciencias del Dolor, sabemos que ese tipo de dolor se debe a la hipersensibilidad del Sistema Nervioso y a un Sistema Nervioso sobreprotector

Todo esto se complica cuando su médico le envía a que le hagan una placa o un escáner y aparece ‘algo’, por ejemplo, desgaste, una protusión discal o una hernia de disco, o una articulación que presenta cambios artrósicos. Desgraciadamente, puede que le hayan informado de que ésta es la causa del dolor. Si es así, su facultativo no está utilizando los nuevos modelos respecto al dolor crónico a la hora de evaluarlo.rnrnEste sistema de evaluación está en declive, es un modelo defectuoso, ya que existen muchos estudios que muestran a gente a la que se le han realizado escáneres y en estos se ven claramente problemas discales, articulares y artríticos y sin embargo no sufren dolor alguno. Y por otro lado, se puede ver columnas vertebrales aparentemente normales en una placa , y la persona está sufriendo un dolor insoportable.

Una vez que se han descartado las causas muy graves, (necrosis, neoplasias, enfermedades autoinmunes etc) es importante dirigirse hacia las causas subyacentes del dolor y empezar a entrenar de nuevo la mente y al cuerpo.

Esto puede ser ya que el Sistema Nervioso es Neuroplástico. Dicho brevemente: el Sistema Nervioso puede aprender.

De la misma manera que aprendió a ser hipersensible, ahora pude aprender a neutralizar el dolor. Curarse del dolor crónico es un entrenamiento neurológico.

¿Qué factores pueden estar detrás del dolor persistente, crónico, o Neuropático?

Lo que necesitamos comprender para entrenar nuestro Sistema Nervioso y curarnos del dolor crónico.

Emociones

Un factor muy importante que debemos tener en cuenta es el papel que nuestras emociones y pensamientos juegan en la creación del dolor. Existen ahora cada vez más estudios en este campo y los especialistas proponen que gran parte de nuestro dolor se debe a emociones reprimidas, como la ira, el miedo o la frustración.

En efecto, es un tema muy importante: centrándonos en las emociones subyacentes no resueltas podemos solucionar nuestro dolor crónico.

Pensamientos

En relación a los pensamientos, usted quizás tenga la idea de que un pensamiento no puede causar daños de un modo físico, pero esto es incorrecto. Si piensa en su dolor como un fuego y los pensamientos como combustible, cada vez que tenemos pensamientos de miedo sobre nuestro dolor o sobre cualquier otra cosa, este “combustible alimenta el fuego del dolor”.

Los pensamientos conducen generalmente a una respuesta emocional o sentimiento y las investigaciones han mostrado que emociones como el miedo estimulan el cerebro emocional y agravan el dolor. A veces es muy difícil incluso identificar nuestros pensamientos, ya que nuestras mentes están repletas de ellos constantemente. Aún así, pueden tener efectos muy potentes en nuestros cuerpos. Por ejemplo, si estos pensamientos son constantes y están basados en la ira, las preocupaciones y la ansiedad, estas emociones pueden sensibilizar el sistema nervioso, el cual, como sabemos, puede causar dolor y otros síntomas.

Es crucial construir un sistema de concienciación de nuestros pensamientos, no sólo para el dolor, sino para regular nuestro estado de ánimo. Aquí es donde una técnica llamada “mindfulness” (en castellano: ‘atención plena’) puede ser muy útil. En está misma página web encontrará tres sesiones de mindfulnes de acceso gratuito con las que comenzar a familiarizarse con esta técnica. Se recomiendan al menos una sesión al día, y aún mejor 3.

Si usted no dispone de acceso a internet, aquí tiene un ejemplo de práctica de “mindfulness”.

Se dará cuenta de lo ocupada que está su mente y de la naturaleza de sus pensamientos, y quizás se dé cuenta de que piensa continuamente en su dolor o se resiste a él. Si usamos el combustible y el fuego como una metáfora, quizás sea capaz de construir un sistema de concienciación en lo relativo a lo que afecta a su dolor. Cuando identifiquemos nuestros pensamientos y los aceptemos tal y como son, sólo pensamientos, entonces podemos empezar a darnos cuenta de que no tenemos que “ser” ellos.

Conciencia y Resistencia

Conciencia y resistencia. Aquí tiene una útil ecuación sobre el dolor y el sufrimiento:

Dolor + Resistencia = Sufrimiento

Dolor + Resistencia Cero = Cero sufrimiento.

Conforme nos vayamos familiarizando con nuestras emociones, el funcionamiento de nuestra mente y nos demos cuenta de que el dolor no se debe a un problema estructural (y por ello, no debemos tenerle miedo), podremos aceptarlo más fácilmente, sin resistencia o lucha. Conforme lo vamos aceptando, eliminamos parte del “combustible” del dolor y con el tiempo el dolor puede llegar a eliminarse completamente.

Estrés/ Distrés

El estrés no es algo que podamos eliminar de la vida moderna, pero haciendo algunos pequeños cambios en el modo en que nos relacionamos con él podemos aprender a manejarlo de manera más efectiva.

La respuesta del estrés es normal en nuestro cuerpo, ya que nos ayuda a “subir el listón” a la hora de gestionar los retos en nuestra vida. De hecho, no estaríamos aquí como especie si nuestra respuesta de estrés (”lucha o fuga”), no nos hubiera ayudado a lidiar con depredadores y otras amenazas vitales en tiempos pasados.

El problema en nuestra época es que la mayor parte de nuestro estrés es psicológico y con un dolor persistente la respuesta del estrés trabaja más de la cuenta y no se apaga. A esto lo llamamos Distrés o Estrés disfuncional. Nuestros cuerpos se ven atrapados en una respuesta de “lucha o fuga” crónica, que deriva en la sensibilización del sistema nervioso, el cual, a su vez, causa el dolor. Utilizando la metáfora de un avión, es como si nuestros cuerpos estuvieran todo el tiempo en “modo despegue” y no pasaran al “modo travesía”. Todo esto también puede causar: fatiga crónica, problemas de sueño, problemas crónicos de piel como los eczemas, problemas digestivos, depresión, ansiedad y otros muchos síntomas.

Las diferentes causas del estrés se pueden identificar en estos ámbitos:

Hechos significativos en una vida y dolor

En algunas ocasiones podemos desarrollar dolor durante, o incluso después, de una época traumática o con mucho estrés en nuestras vidas. Simplemente fíjese en los profesores y cómo muchos de ellos se ponen enfermos en las vacaciones estivales, después de los exámenes finales, evaluaciones, etc. Es a veces cuando acaban estas épocas cuando nuestro cuerpo no puede más y, cuando ya podemos relajarnos, el dolor u otros síntomas se disparan. Ésta no es una respuesta negativa, es simplemente un mensaje de su cuerpo que le informa de que necesita que cuide de sí mismo y de que no estaba escuchando a otras señales menores, como la fatiga, dolores de cabeza, etc. A menudo el síntoma que se desarrolla le confirmará que debe parar y cuidar de sí mismo.

Como recuperarnos de un dolor así

En este sitio web www.sirpaspain.com le proponemos un plan de acción, una serie de sugerencias que le ayudará a lidiar mejor con su dolor y así empezar el día sin dolor. Puede parecer imposible ahora, pero hay mucha gente que ha sufrido dolor persistente durante años y ahora viven una vida en la que el dolor ya no les afecta:

La lectura de está información es un gran inicio para comprender que la recuperación de un dolor crónico es posible y para aprender algunos consejos para ayudarle a empezar. El proceso de recuperación está basado en la educación, en tomar la responsabilidad sobre usted mismo y su dolor, en aprender estrategias de empoderamiento para resolver su dolor y salir del estrés crónico, o lo que es lo mismo: encender el “modo travesía”.

Si lo encuentra necesario, quizás pueda beneficiarse del apoyo personalizado y profesional de un/una fisioterapeuta que yo llamo fisiopedagog@ que le sirva de guía o entrenador/a (ahora conocido con el término inglés ‘ coucher’ ‘couching’) para salir del bucle o círculo vicioso que es el dolor crónico.

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