Síndrome de Miositis Tensional o tensión mioneural SMT (en inglés, TMS, Tension Myositis Syndrome, también conocido como Psycophysilogic Disorder, PPD)
El síndrome de miositis tensional, SMT(en inglés, TMS), fue acuñado por el doctor John Sarno (1923-2017), profesor de Medicina de rehabilitación clínica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Nueva York, que desarrolló su trabajo en el Instituto Rusk de Rehabilitación del Centro Médico de la Universidad de Nueva York.
Según el doctor Sarno, hay emociones que nuestro cerebro detecta como peligrosas, y responde a ellas activando el programa de supervivencia –esto es, el dolor, generado dentro de la propia mente–; de la misma manera que el sistema inmune se activa contra células de nuestro propio cuerpo, como ocurre con las enfermedades auto-inmunes, por ejemplo, la artritis reumatoide.
Sostenía que las emociones, sentimientos, creencias y pensamientos que la mente percibe como peligrosos producen síntomas físicos; algo tan sencillo y comprensible como cuando sentimos vergüenza y nos ruborizamos. Una respuesta que se realiza neurofisiológicamente a través de una activación del sistema nervioso de supervivencia, el sistema nervioso simpático.
Describió el SMT (TMS) como una condición provocada por un proceso psiconeurofisiológico que produce hipoxia (déficit de oxígeno) en los tejidos involucrados (músculos, ligamientos, cápsulas y nervios). Y durante sus últimos años de práctica clínica declaró y demostró que esta condición podía extenderse a otros dolores o síntomas, como fibromialgia, dolores de cabeza, jaquecas; síntomas gastrointestinales, como acidez…; síntomas preulcerosos, hernia de hiato, colitis, colon espástico, síndrome de colon irritable; alergias, enfermedades respiratorias, dermatológicas, como eccemas; genitourinarias, como micción frecuente; ginecológicas, y un largo etcétera de síntomas y síndromes que actualmente podrían ubicarse dentro de lo que se conoce como síndromes de sensibilidad central.
De sus escritos se desprende que el dolor es un output cerebral, algo que se produce en el sistema nervioso y, por tanto, muy real y no psicológico. Así es, aunque en su génesis sólo sea una especie de maniobra de distracción de la mente para poner nuestra atención en lo físico y no atender a emociones o sentimientos “peligrosos”.
El mérito del doctor Sarno es que fue un pionero, ya que creyó en su tratamiento y lo sacó adelante, a pesar de la oposición de muchos colegas y de no tener la evidencia científica que en la actualidad nos aportan las neurociencias, las cuales han llegado a mostrar cómo los estados emocionales relacionados con el estrés crónico pueden cambiar incluso los telómeros.
Su tratamiento y sus teorías fueron tan resolutivas que intervino ante una comisión especial del Senado norteamericano (“Pain Hearing 2012, Health, Education, Labor and Pension Committee”), ya que el dolor crónico en los Estados Unidos (al igual que en España) supone un gasto económico enorme, y se le considera la epidemia de finales del siglo XX y de lo que llevamos del XXI.
Su trabajo lo han continuado numerosos discípulos clínicos suyos, como el Dr. Howard Schubiner, quien a partir del SMT desarrolló el término Mindbody Syndrome, o el Dr. Dave Clarke, que acuñó el término Stress Illness.
Y, más recientemente, Georgie Oldfield, fisioterapeuta británica discípula del doctor Sarno, quien acuñó el término SIRPA (Stress Illness Recovery Pratitioners’ Association) para englobar un abordaje integral del dolor y las afecciones crónicas, y también del SMT, basado en los conceptos y la terapéutica del Dr. Sarno, así como en las últimas aportaciones de las neurociencias, que han demostrado la irrefutable relación que las emociones tienen con nuestra salud. Y es en este abordaje en el que se basa la terapia que utilizamos.